24.11.09

Extraño mi Phonito!


Recuerdo bien cual fue la última vez que lo vi. Ese día templado, con el aire que daba frio típico de estas fechas y el sol radiante calentando poquito a plena mañana; tocaron la puerta, era Don Ernesto, que había llegado a recoger mi teléfono… ese momento fue muy doloroso; pero confiando que él me lo podría revivir, se lo entregue en sus manos, yo me sentía cual padre que entrega a su hija en el altar, triste porque sabía que desde ese instante el resto no sería lo mismo, pero feliz, confiando en que le espera un mejor futuro.

Bueno, antes creo que debo contarles como sucedió… hace tres semanas, si mucho, era de los días que estaba lloviendo mucho y poco a la vez, porque llovía todo el día pero mas bien como una llovizna, fui corriendo a la tienda a comprar una tarjeta, porque no tenía saldo y necesitaba hacer unas llamadas; como era casi de urgencia, salí corriendo de mi casa en dirección hacía la tienda, sin suéter dejando que las pequeñas gotas de lluvia cayeran sobre mi pelo, y con mi “Phonito” (teléfono) en la mano, porque no tenia otro lugar donde llevarlo.
Cuando llegue a la tienda compre una tarjeta y luego de que me la dio el “Chino”, me dispuse a ingresarla sin perder tiempo, rompí el envoltorio, raspe el código, marque el numero y espere a que la mujer de la contestadora automática me diera las instrucciones a seguir. Cuando me lo indico ingrese el numero de código de mi tarjeta y “zas” ¡! …que no servían los números –“no puede ser”-dije en mi mente –“¡¿Que extraño?!”, Volví a intentarlo y efectivamente no podía ingresar los números. Regrese a casa muy rápido a contarle a mi mama este extraño suceso, al no encontrar otra razón más ella me dijo -“se descompuso tu teléfono mijo, bueno... Hay que ver si se puede arreglar”. Sin esperar, tomo su teléfono y llamo a Don Ernesto, porque el puede arreglar los teléfonos y llego al otro día a recogerlo.

Paso una semana y media para que me diera la respuesta… todos los días yo me despertaba con la esperanza de volver a usar el teléfono que tanto quería. Pero hoy me dio la respuesta: ¡mi teléfono esta en estado de coma! Además de que no le funcionan las teclas por el “flex”, la batería también se arruinó, creo que por las gotas de aquel día. Bueno ahora, a pesar de que quería mi teléfono tendré que sustituirlo mientras se recupera de su enfermedad y espero que lo haga pronto porque ya lo extraño…
I miss you phonito

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